Una exploración holografica

HOLOGRAMAS Y DENNIS GABOR
Físico Húngaro (5 Junio 1900 - 9 Febrero 1979) que obtuvo el premio Nóbel por el descubrimiento de los Hologramas en 1947.
La holografía, es un proceso fotográfico que usa un rayo láser para construir imágenes tridimensionales en el espacio. Es el registro o captura de los patrones de interferencia generados entre dos mitades de un rayo laser. Una de las mitades se dirige, directamente, hacia la emulsión del holograma y la otra mitad se enfoca hacia la imagen que se quiere capturar y, rebotando, de vuelta a la emulsión, donde se mezclará con la primera mitad. De este modo, la imagen de la manzana se quedará grabada en nuestro holograma. 
Lo curioso es que la información procedente de los dos rayos, imprescindible para reproducir la imagen tridimensional, permanece plegada y distribuida por todo el holograma. Si rompemos un trozo pequeño del negativo del holograma y hacemos incidir nuestro láser para que se represente la imagen que habíamos capturado, nos daremos cuenta de que, todo y ser un pequeño fragmento de la totalidad de la placa, éste, representa, proyecta o despliega la imagen completa (en el caso del ejemplo de encima, la manzana), con la única diferencia que la totalidad de la imagen, se verá desde el ángulo en el que se encuentra el fragmento. Cuantos más pedazos de la placa holográfica reúnas, la imagen podrá ser vista desde más y más ángulos y con ello, entenderse mejor.
La aplicación filosófica de este descubrimiento es que, ya que la información esta distribuida por toda la placa al mismo tiempo, el todo está en la parte y la parte esta en el todo. ¿No es curioso? Esto es diametralmente opuesto a lo que nos dice el sistema piramidal bajo el que nos encontramos, en el que los que tienen el poder en la sociedad (arriba de la pirámide) pueden acceder a todos los niveles, mientras que los que no lo tienen (abajo), no pueden moverse de donde están. En la ciencia, esto se podría traducir diciendo que: yo se que tengo células, pero las células no saben que me tienen a mi. Como mostraremos en capítulos posteriores, esta manera de enfocar la realidad está totalmente desfasada y forma parte de un viejo paradigma que empieza a quedarse sin armas con las que combatir.

EL ORDEN IMPLICADO Y DAVID BOHM
Físico cuántico americano (20 Diciembre 1917 – 27 Octubre 1992) que hizo contribuciones significativas en los campos de la física teórica y la neuropsicología.
Ya en la universidad, su increíble tesis de final de carrera le fue arrebatada por el gobierno y utilizada para el proyecto Manhattan, la bomba atómica. Después de la guerra, Bohm empezó de profesor asistente en la universidad de Princeton, donde trabajo estrechamente con Einstein.
En colaboración con el neurocientífico de Stanford, Karl Pribram, desarrolla teóricamente el modelo holonómico de la mente, en el que nuestro cerebro se mueve traduciendo un universo holográfico.
En su libro “La totalidad y el orden implicado” nos explica, que hay una realidad plegada (orden implicado) que subyace a la que podemos experimentar (orden desplegado). Vivimos fragmentados (divididos, especializados, sin entender las cosas en su globalidad) negándonos la posibilidad de experimentar la totalidad de la realidad. El hecho de que nos veamos separados de las cosas es una ilusión. Puede sonar raro, pero si nos paramos a pensar un momento, es totalmente lógico. Solo bajando eslabones hasta los átomos y la materia cuántica, todo lo que existe está compuesto por ellos, nosotros, el aire que respiramos, el magnetismo, la electricidad... todo. Y si todo está hecho de lo mismo, ¿como es que no podemos hablar con ello?
La esposa de David Bohm le recomienda un libro de Jiddu Krishnamurti (filósofo indú), y el físico queda sorprendido por los increíbles paralelismos entre sus ideas acerca de la mecánica cuántica y la filosofía hindú. En el futuro entablaría multitud de conversaciones con Krishnamurti. De sus muchísimas charlas queda claro que la separación entre ciencia y el sabiduría ancestral es un resultado más de la fragmentación y que deberían comprenderse mejor y volver a unificarse.

EL CEREBRO HOLOGRÁFICO Y KARL PRIBRAM
Pribram (25 Febrero 1919), fue profesor de investigación de psicología y ciencias cognitivas en la universidad de Georgetown. También estudió neurocirugíay acabó impartiendo clases en Stanford, donde hizo un trabajo pionero a cerca de la corteza cerebral. 
Para el público en general es más conocido por su desarrollo del modelo holonómico del cerebro, que nos dice que el cerebro y otros tejidos neuronales almacenan la información del mismo modo en que lo hacen los hologramas. Llamó engramas, a los sistemas hipotéticos que almacenaban la información.
El modelo holonómico del cerebro es desarrollado en colaboración con el físico David Bohm, que teoriza que la memoria/información se halla plegada y guardada en patrones de interferencia de onda a trabes de nuestro cuerpo. 
Hay dos hechos que empujan hacia esta teoría: el primero, es que hay funciones de respuesta del cortex visual, que se corresponden con funciones gaborianas. Esto significa que la manera que tiene el ojo de traducir las imágenes a nuestro cerebro es la misma que se utiliza para traducir imágenes a hologramas. El segundo, es que se pueden practicar lesiones, por todas partes, a un cerebro, sin que haya, prácticamente pérdida de memoria. Esto nos dice, que la memoria se halla distribuida por todo el cuerpo y no delimitada por el cerebro, corroborando así el concepto de que la parte en el todo. 
Si la naturaleza de la realidad es por si misma holográfica, y el cerebro opera holográficamente, resulta que el mundo es en verdad, como dicen las religiones orientales, : un espectáculo mágico. El hecho de intentar ponerle límites es, en si, una ilusión.

EL PARADIGMA HOLOGRÁFICO
Las tres cápsulas anteriores, en las que Gabor, Bohm y Pribram dan a conocer el funcionamiento e implicaciones del descubrimiento de los hologramas, empiezan a mostrarnos lo que es el paradigma holográfico. Antes de nada, un paradigma, es una creencia que viene dada por los convenios establecidos a cerca de lo que es o lo que no es... lo que es bueno o malo... lo que es real o ficción... y en la ciencia, viene dado por lo que se ha descubierto hasta el momento. Por poner un ejemplo: cuando se creía que el sol giraba en torno a la tierra, ese era el paradigma de la época. Cuando vino Copérnico y dijo que el sistema era heliocéntrico, es decir, que la tierra giraba alrededor del sol, nadie le creyó. Es fácil de entender, ya que cuando estas bajo las normas de un paradigma, cualquier cosa que salga de ahí, es tratada como si fuese una locura. La gente no sentía el movimiento de la tierra y además, veían al sol moverse por el cielo cada día, con lo que ¿como iban a pensar que era la tierra la que daba vueltas al sol? La gente esta tan convencida de lo que les han contado, que es prácticamente imposible hacerles ver los parámetros de la nueva realidad. Pero el truco está en que a medida que más y más gente va conociendo el nuevo concepto y que éste se va normalizando, acaba siendo una “verdad” conocida por todos y eso, es un cambio de paradigma.
Y es lo que lleva sucediendo esta última mitad de siglo hasta día de hoy. El descubrimiento de los hologramas y la Teoria de Cuerdas, fueron los golpes de gracia para empezar a andar un nuevo camino. Derruir los antiguos pilares que suponen la física newtoniana y su sistema piramidal, que todavía rige en muchas de las facetas de la ciencia y la sociedad contemporáneas, y caminar hacia el nuevo mundo cuántico, en el que nuevas leyes y teorías nos cuentan cosas increíbles.
Gracias al descubrimiento de la materia cuántica, sabemos que, a un nivel muy pequeño, todo está compuesto de lo mismo y a consecuencia de ello, conectado. Primero pensábamos que todo eran átomos, pero estos a su vez estaban compuestos de un núcleo y una nube de electrones a su alrededor. Esas partes, a la vez que los átomos, estaban compuestas de numerosas partículas más, denominadas quarks. Sabemos también que esas partículas tienen una naturaleza ondulatoria, es decir, además de ser partículas, son ondas. 
Un poco más tarde descubrimos los hologramas, y con estos nos damos cuenta de que la manera que tienen nuestro cuerpo y nuestro cerebro de almacenar la información se parece mucho a como se guarda en los hologramas. Y no solo esto, sino también que hay una realidad plegada que despliega la que podemos ver y sentir. Somos hologramas que proyectan e interpretan un universo holográfico. 
Se puede entender de todo esto, que todo lo que existe esta compuesto de partículas/ondasque están interconectadas entra si, y que al todo estar en la parte y la parte en el todo, teóricamente, nosotros, formando parte de ese todo, somos capaces de acceder al nivel desde el que todo se despliega. Nuestro pensamiento esta hecho de lo mismo que el principio organizador del universo. 
Físicos y astrónomos han observado que la verdadera naturaleza del universo es inmaterial. En vez de eso, es energía, frecuencias, que ordenándose de maneras diferentes, crea todo lo que conocemos como materia. En realidad, la definición de materia es, inercia guardada. La materia no es más que luz dando vueltas tan rápido, que la enorme cantidad de inercia que se genera en ese movimiento, hace que tenga un aspecto sólido.
Paremos un momento y examinemos lo siguiente: la teoría holográfica dice que nuestros cerebros construyen matemáticamente una realidad dura al interpretar frecuencias que proceden de una dimensión que trasciende el tiempo y el espacio, es decir, una dimensión en la que todo esta conectado y hecho de lo mismo... energía.
En un universo donde los acontecimientos no están sujetos al tiempo y al espacio, no puede utilizarse un razonamiento de causa y efecto para describirlo. Los conceptos como arriba y abajo, izquierda y derecha, o adelante o atrás en el tiempo no nos sirven. Los fenómenos físicos, como la materia, no son más que subproductos de la matriz simultánea en todas partes. Los cerebros individuales son trocitos de un holograma mayor y en ciertas circunstancias tienen acceso a toda la información existente en el sistema total. A eso se le llama también iluminación, o conexión más allá del tiempo y del espacio. 
La sincronicidad, o esas casualidades que sabes que van más allá de ser una mera casualidad, se adapta también al modelo holográfico. La psicokinesis, la mente que afecta la materia, puede ser un resultado natural de la interacción con la realidad a nivel primario. El modelo holográfico resuelve también el viejo enigma de que los aparatos no puedan detectar la aparente transferencia de energía en telepatía, curación o clarividencia, ya que al todo estar conectado fuera del tiempo y el espacio, la energía no ha de moverse a ningún sitio... ya está allí.
Es muy importante que quede claro que el que nosotros nos veamos separados de las cosas no es más que una ilusión. El aire que forma el espacio que entendemos como vacío y por el que nos movemos está hecho de lo mismo que nosotros. A otro nivel, la tierra se desplaza por lo que consideramos espacio vacío, el espacio exterior, pero los científicos saben que en un centímetro cúbico de esa nada, existe más energía que en toda la materia del universo. En todo caso, con esa cantidad de energía, el espacio, habría de ser lo que lo mantiene todo unido. 
Las implicaciones que esto conlleva son grandísimas, ya que como una multitud de gente vio en la película Matrix, lo que esta teoría nos propone, es una salida de nuestra matriz de cuatro dimensiones espaciotemporales para reconectar con la matriz de todas las cosas, que se encuentra dentro de cada uno de nosotros. Por si alguien no lo sabía, toda la idea de la película Matrix está extraída, literalmente, de los conceptos que expone el paradigma holográfico.
Un holograma es una imagen tridimensional impresa en un soporte de dos dimensiones.  El principio holográfico demuestra que un sistema complejo de información, con múltiples dimensiones, se puede proyectar a si mismo a una realidad menos compleja, de menos dimensiones.  Cuando los científicos aplican el principio holográfico a los agujeros negros, dos dimensiones adicionales de la realidad se hacen evidentes, haciendo posible la comprensión de como el flujo de información entra y sale de estos agujeros en el espacio.

Esta última idea, de dimensiones más complejas, siembra el terreno para nuestro siguiente punto, la teoría de cuerdas, que dice que vivimos en una realidad de 11 dimensiones, en vez de las cuatro que estamos acostumbrados a experimentar.

Fuente: www.r-evolucio.org



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