Un Manual para la Ascensión - Serapis Bey

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Un Manual para la Ascensión

La ascensión es, básicamente, un cambio de frecuencia y un cambio de foco de la conciencia.

Consideraremos la energía como la "cosa" que subyace a todas las cosas. Esta energía colabora y se combina de maneras indescriptiblemente complejas para formarte a ti, a todo lo que conoces y a todo lo que no conoces.

Las dos principales características, o cualidades, de la energía son: su amplitud y la tasa a la cual vibra, o sea, su frecuencia. Tu cuerpo físico, las emociones, los pensamientos y el espíritu, todo, está hecho de esta "cosa", combinándose de una manera tal, que te convierte en un ser único, en todo el universo. Debido a que la energía que eres tiene una frecuencia, tú la puedes cambiar. Eso es todo lo que la Ascensión es.

La Columna Vertebral

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La Columna Vertebral

Dicen las escrituras hindúes y budistas que la columna vertebral es el eje de la Tierra, con el Monte Meru al Norte y el Potala al Sur. Este llamado 'Templo del Alma' se convierte en el Templo de Salomón cuando el fuego oculto de la Diosa Kundalini se eleva sutilmente afectando a las 33 vértebras de la columna que 'resplandecen como el sol por 33 años'. Y Jesús afirma que 'levantará de nuevo el templo en tres días' después de su muerte (por Crucifixión a los 33 años, la cuarta Iniciación, equivalente a los 33 grados iniciáticos en las Ordenes Ocultas). En su parte inferior la columna vertebral sustenta el fuego sagrado o 'infernal' del sexo, mientras que en lo alto sostiene la perfecta esfera del cielo en el cerebro.
La región cervical está en relación con los siete planetas (Saturno, Júpiter, Marte, Sol, Venus, Mercurio y Luna), y el hueso Atlas sostiene el universo; la región dorsal está relacionada con los doce signos del Zodíaco, la región lumbar con los cinco elementos y la región sacra está regida por Escorpio (donde descansa Kundalini). En lo alto el cerebro está rodeado de los 22 huesos del cráneo (14 frontales y 8 posteriores), y de ellos dice la Quaballah: 'el Señor dispuso las 22 letras hebreas en forma de muralla'. 

De la Naturaleza de la Ilusión

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De la Naturaleza de la Ilusión

En los Upanishads. Krishna dice a Arjuna: “Mata el
deseo de vivir.” Ese deseo sólo radica en el cuerpo, el vehículo
del Ser encarnado y no en el SER que es “eterno, indestructible,
que no mata ni puede ser matado” (“Katha Upanishad”). El
“Sutta Nipata” enseña: “Mata la sensación, considera de la
misma forma el placer y el dolor, la ganancia y la pérdida, la
victoria y la derrota [...] Busca refugio sólo en lo eterno.”
“Destruye la sensación de separatividad”, repite Krishna en toda
manera. “La Mente (Manas), que sigue los sentidos impetuosos,
hace al Alma (Buddhi) tan impotente como el viento que arrastra
la barquilla en las aguas.” (Bhagavad-Gita, II., pag. 70).
Por lo tanto se ha considerado más oportuno hacer una
selección juiciosa sólo de estos tratados que beneficiarán a los
pocos místicos genuinos en la Sociedad Teosófica y que,
seguramente, satisfacerán sus necesidades. Sólo ellos apreciarán
las siguientes palabras de Krishna-Christos, el “Ser Superior”:
“Los sabios no se apenan ni por los vivos ni por los muertos.
Nunca hubo un periodo en que ni yo ni tú y ni siquiera estos
regentes de los hombres no hemos existido; al mismo tiempo,
cada uno de nosotros nunca cesará de ser en el más allá.”
(“Bhagavad Gita”, II., pag. 27).
Aquel que quiere oír la voz de Nada , “el Sonido Insonoro” y
comprenderla, debe aprender la naturaleza de Dhâranâ .
El discípulo, al hacerse indiferente a los objetos de percepción,
debe buscar el rajah de los sentidos, el Productor del
Pensamiento, aquel que despierta la ilusión.
La Mente es la gran Asesina de lo Real.
Que el Discípulo mate a la Asesina.
Ya que:

La Tierra es la Piedra Filosofal: Historia Onírica de la Alquimia (con Terence McKenna)

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La Tierra es la Piedra Filosofal: 
Historia Onírica de la Alquimia (con Terence McKenna)

Terence Mckenna recorre el último laboratorio de alquimia de Europa y canaliza al mago John Dee, en un fino documental sobre el sueño global de los alquimistas.


En uno de los más elegantes documentales que hemos tenido el gusto de ver en la red, sinápticamente sincronizados por el Logos, Terence Mckenna nos lleva a través de la historia de la alquimia europea, trazando la parábola de un sueño colectivo de transformar al planeta. Mckenna se convierte en John Dee, el mago del imperio británico que lanzó el sueño alquímico de reformar la sociedad. Recorriendo los caminos de los alquimistas de los siglos XVI y XVII, el etnobotánico y cibershamán conecta los puntos como constelaciones en la noche y recupera la noción de que la gran obra alquímica de convertir la materia en espíritu, el planeta en piedra filosofal, sigue viva.


John Dee fue un ocultista renacentista: navegante, experto en espionaje, astrólogo, matemático, fluido en el lenguaje de los ángeles (o de Enoch), poseedor de un misterioso espejo de obsidiana azteca, y consejero áulico, caro a la Reina. La imagen que tenemos en la cultura pop de Merlin está basada en John Dee, el hombre más admirado por los enterados de su época: pocas veces la historia ha podido conjugar la política con la alquimia. Una política encausada hacia erigir un imperio opuesto a la decadencia de la materia (y el materialismo).

La Visión de Hermes 3a Parte

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LA VISION DE HERMES
Tercera Parte

Las revelaciones del profeta de Ammón Ra, que abrían al nuevo iniciado tan vastos horizontes sobre sí mismo y sobre el universo, producían sin duda una impresión profunda cuando eran dichas sobre el observatorio de un templo de Thebas, en la calma lúcida de una noche egipcia. Los arcos, las bóvedas y las terrazas blancas de los templos dormían a sus pies, entre los macizos negros de los nopales y los tamarindos. A distancia, grandes monolitos, estatuas colosales de los Dioses, fijas como jueces incorruptibles, sobre el lago silencioso. Tres pirámides, figuras geométricas del tetragrámaton y del septenario sagrado, se perdían en el horizonte, espaciando sus triángulos en el tenue gris de aire. El insondable firmamento hormigueaba de estrellas. ¡Con qué nuevos ojos miraba aquellos astros que le pintaban como moradas futuras! Cuando, en fin, el esquife dorado de la luna emergía del sombrío espejo del Nilo, que se perdía en el horizonte como una larga serpiente azulada, el neófito creía ver la barca de Isis que navega sobre río de las almas y las lleva hacia el sol de Osiris. Él se acordaba del Libro de los Muertos, y el sentido de todos aquellos símbolos se revelaba ahora a su espíritu. Después de lo que había visto y aprendido, podía creerse en el reino crepuscular del Amenti, misterioso interregno entre la vida y la voz. Él también iba a emprender el gran viaje, el viaje del infinito, a través de los mundos y la existencias. Ya Hermes le había absuelto y juzgado digno. Él le había dicho la clave del gran enigma: “Una sola alma, la grande alma de Todo, ha engendrado, al repartirse, todas las almas que se agitan en el universo.” Armado con el gran secreto, él subía a la barca de Isis, que partía. Elevada a los espacios etéreos, ella flotaba en las regiones intersiderales. Ya los anchos rayos de una inmensa aurora traspasaban los velos azulados de los horizontes celestes; ya el coro de los espíritus gloriosos, de los Akhium Seku que llegado al eterno reposo, cantaba: “¡Levántate, Ra Hermakuti, sol de los espíritus! Los que están en tu barca, están en exaltación. Ellos lanzan exclamaciones en la barca de los millones de años. El gran ciclo divino se colma de gozo devolviendo la gloria a la gran barca sagrada. Se celebran regocijos en capilla misteriosa. ¡Levántate, Ammón Ra Hermakuti, sol que se crea a sí mismo!” Y el iniciado respondía con estas orgullosas palabras: “He alcanzado el punto de la verdad y de la justificación. Yo resucito como Dios vivo e irradio en el coro de los Dioses que habitan en el cielo, porque soy de su raza.”

La Visión de Hermes 2a Parte

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LA VISION DE HERMES
Segunda Parte

-He ahí- decía el hierofante- lo que ha visto el antiguo Hermes y lo que sus sucesores nos han transmitido. Las palabras del sabio son como las sietes notas de la lira que contienen toda la música, con los números y las leyes del universo. La visión de Hermes se asemeja al cielo estrellado, cuyas profundidades insondables están sembradas de constelaciones. Para el niño, sólo es un bóveda con clavos de oro; para el sabio es el espacio sin límites, donde giran los mundos con sus ritmos y sus cadencias maravillosas. Esta visión contiene los números eternos, los signos evocadores y la claves mágicas: cuanto más aprendas a contemplarlas y a comprenderla, más verás extenderse sus límites, porque la misma ley orgánica gobierna todos los mundos. –Y el profeta del templo comentaba el texto sagrado. Él explicaba que la doctrina del Verbo Luz representa la divinidad en estado estático, en su equilibrio perfecto. Él demostraba su triple naturaleza, que es a la vez inteligencia, fuerza y materia; espíritu, alma y cuerpo; luz, verbo y vida. La esencia, la manifestación y la substancia, son tres términos que se suponen recíprocamente. Su unión constituye el principio divino e intelectual por excelencia, la ley de la unidad ternaria, que de arriba abajo domina la creación.
Habiendo conducido así a su discípulo al centro ideal del universo, al principio generador del Ser, el Maestro lo difundía en el tiempo y el espacio, lo sacudía en floraciones múltiples. Porque la segunda parte de la visión representa a la divinidad en estado dinámico, es decir, en evolución activa; en otros términos el universo visible e invisible, el acto viviente. Las siete esferas relacionadas con siete planetas simbolizaban siete principios, siete estados diferentes de la materia y del espíritu, siete mundos diversos que cada hombre y cada humanidad se ven forzados a atravesar en su evolución a través de un sistema solar. Los sietes Genios, o los siete Dioses cosmogónicos, significaban los espíritus superiores y directores de todas las esferas, salidos también de la evolución inevitable. Cada gran dios era, para un iniciado antiguo, el símbolo y el patrón de legiones de espíritus que reproducían su tipo bajo mil variantes, y que, desde su esfera, podían ejercer una acción sobre el hombre y sobre las cosas terrestres. Los sietes Genios de la visión de Hermes son los siete Devas de la India, los sietes Amshapands de Persia, los sietes grandes Ángeles de la Caldea, los siete Séphitoths de la Kábala, los siete Arcángeles del Apocalipsis cristiano. Y el gran septenario que abarca el universo no vibra únicamente en los sietes colores del arco iris, en las siete notas de la escala musical; se manifiesta también en la constitución del hombre, que es triple por esencia, pero séptuple por su evolución.

El Insomnio

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EL INSOMNIO: “Aprender dormir”

El insomnio es conocido por todos nosotros, quizás teóricamente ó tal vez vívidamente. Esta dificultad para dormir puede presentarse tanto al comenzar la noche como en el transcurso de la misma impidiendo “continuar” el descanso.
He conocido varias personas que han podido modificar este hábito ya que se encontraban tan cansadas y en un estado de permanente ansiedad que veían perturbadas otras áreas de su vida.
Utilizando herramientas adecuadas (hoy en día hay muchas y muy efectivas) la mayoría de las personas lograron “aprender a dormir”, pero hubieron otras que no.
El insomnio, así como cualquier hábito, es una costumbre que adquiere el cuerpo-mente con la que nos identificamos tanto que podemos decir que “somos eso”. Soy insomne es más correcto decir que tengo insomnio. Esta identificación ocurre con todos nuestros hábitos, buenos y malos. Creemos que somos eso y en verdad lo somos porque nuestro cerebro lo “ha practicado” durante mucho tiempo, pero la buena noticia es que si verdaderamente queremos, podemos NO-SERLO.
Para cambiar este hábito no solo es necesario una buena técnica, sino tener el deseo de des-hacerse de esa identificación con el hábito, o sea: “querer dormir”.
Querer dormir es dejar ir el miedo. Es tener el “coraje” de desconectarse de los pensamientos y de las acciones cotidianas. Es animarse a dejar de controlarlo todo, todo el tiempo. Y el control siempre viene del miedo.

Qué te enseña cada organo de tu cuerpo

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¿Qué te enseña cada organo de tu cuerpo ?

Si aprendemos a observarnos, ver lo que nuestro cuerpo manifiesta, en la forma que el se expresa, podremos identificar de una manera fehaciente que esta aconteciendo en nuestra vida...
Conocernos íntimamente ver y detectar que anomalías estamos manifestando, veremos que están íntimamente relacionado con nuestra psiquis, con nuestras emociones y forma de movernos en la vida.
Nuestro cuerpo responde a cada estimulo y orden que damos sean estas conscientes o inconscientes, en todo momento estamos enviando información, para producir una reacción electroquímica, que generara una respuesta acorde a lo emitido. No solo metaboliza las funciones básicas de transformar los alimentos en energía para nuestro sustento, sino procesa energía que puede provenir del exterior, sean estímulos físicos a través de los sentidos, tacto, olfato visión, sino también estímulos psíquicos, estos a través de las emociones o sentimientos y que están ligados a las creencias y condiciones sociales acorde al medio donde nos manifestamos. Cuando alguien nos expresa su amor, su aprobación o estimula nuestra autoestima, también producimos reacciones electroquímicas que se ven reflejada en nuestro organismo al igual que en los procesos de metabolización. Podemos sentir empatía o repulsión, en el momento de encontrarnos con alguien a quien no conocemos y esta también es una respuesta del exterior que nuestro organismo procesa, una forma de energía que es acorde o no a nosotros. Somos un ente receptor consiente conectado con toda la creación, somos energía en constante movimiento y transformación, captando y procesando esta información que nos llega mas allá de nuestra razón, nuestros centros energéticos o chacras los encargados de mantenernos conectados con el universo y nuestras emociones las encargadas de regular esta energía, aumentando nuestro sistema inmune o debilitándolo acorde a nuestro sentir, haciendo fluir libremente la energía o atrapándola dejándola estancada en algún lugar de nuestro organismo.

Los 7 Secretos del Exito y Los 7 Principios Herméticos Explicados para el Siglo XXI

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Los 7 Secretos del Exito y los 7 Principios Herméticos Explicados para el Siglo XXI

“Si sembramos lechugas no podemos recoger tomates, va contra las leyes de la naturaleza. Si con nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras acciones y nuestra palabra sembramos negatividad, no podemos recoger una vida positiva, feliz y armoniosa, va contra las leyes de la naturaleza, así de simple y así de exacto”
Manuel Esteban Bernabé Cañadas

Hace unos meses la lectora Violeta Llama nos informó en este artículo de un libro que le había cautivado por su “claridad, alta vibración y positividad” y porque traduce antiguas leyes espirituales de forma comprensible en nuestro tiempo. Se trataba de “7 Secretos del Éxito” de Manuel Esteban Bernabé Cañadas publicado por Editorial Kier.

Y ahora, El Lector Alternativo Opina recibe un regalo de lujo porque el propio autor del libro nos envía un RESUMEN de las leyes que habíamos citado.

Estos son lo 7 secretos del éxito y los 7 principios herméticos explicados en el siglo XXI:


INTRODUCCIÓN

El universo, la vida, la naturaleza, o como deseemos calificarlo, tiene un orden, unas leyes o principios, que se conozcan o no, siempre van a estar presente, siempre van a estar en perfecto funcionamiento. Seamos quien seamos, vivamos donde vivamos, tengamos lo que tengamos, ocupemos la posición social que ocupemos, siempre van a actuar en nuestro favor o en nuestra contra, según actuemos correctamente o contrario a ellas.

Estas leyes son lo que se conoce a lo largo de la historia como “Las 7 Leyes Universales”. Cuando se actúa a favor de ellas nos va la vida bien, las situaciones positivas se nos suceden con facilidad, la vida parece que se nos ha simplificado como por arte de magia, y es cuando decimos que somos felices, por su parte cuando actuamos en contra de ellas tenemos el sentimiento de infelicidad, de angustia, de estancamiento que no nos permite avanzar, sentimos miedo ante cualquier reto u objetivo, sentimos el día a día como un profundo pesar, y no encontramos un resquicio de luz.

Es en este momento cuando sentimos que somos infelices, y sufrimos, y nos regodeamos, una y otra vez, en el sufrimiento, lo pregonamos a boca llena ya que nos sentimos atrapados en una espiral de sentimientos negativos y de infortunios, que por supuesto nos hacen mal.

Para ir a favor de estas leyes hay que conocerlas, y este es el objetivo de estas palabras. Este conocimiento es el que nos hará libre, no nos sentiremos más víctimas de nuestro destino, seremos nosotros quien creemos conscientemente nuestra vida, tomaremos nosotros el timón. El fundamento de toda ciencia está en los principios sobre los que se basa, con este conocimiento puedes conocer los principios del funcionamiento sobre como se crea tu vida.

El fundamento de esta enseñanza, no es crear ninguna doctrina, ni ningún tratado, el fundamento de esta ciencia es que seamos felices, que consigamos todo lo que nos propongamos en la vida, y que rechacemos el sufrimiento que por FALTA DE CONOCIMIENTO, nuestra mente ha estado aceptando.
 
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