El Cuerpo Astral


Cuando el cuerpo astral es proyectado al plano astral,se separa del cuerpo físico, pero siempre queda unido a éste por medio del llamado Cordón de Plata.
Los clarividentes suelen describrir este "cordón" como una especie de hilo muy elástico, cuyo tono plateado es debido a estar compuesto por partículas de todos los colores, que vibran a una frecuencia tan alta que los colores parecen mezclarse hasta producir un color único, de tono plateado.
Este hilo elástico es extensible hasta el punto de que por mucho que se separe el cuerpo astral del cuerpo físico, el cordón siempre da de sí lo necesario, ya que precisamente este es su cometido: facilitar al cuerpo astral una movilidad ilimitada en el plano astral.
Tradicionalmente se cree que el Cordón de Plata se alarga hasta grandes distancias cuando el doble viaja lejos del físico. No siempre se ve pero puede sentirse como si tirara del cuerpo. Cuando la muerte sobreviene naturalmente, el cuerpo astral se afloja poco a poco, elevandose del físico y luego se rompe para permitir que los cuerpos superiores se eleven. 
Veamos lo que nos dice el siguiente autor: 
"La Biblia lo cita, En el Eclesiastés I (12:1,6 y 7), cuando dice: "Acuérdate de tu Hacedor... antes de que se rompa el hilo de plata y se destroce la copa de oro y se quiebre el cántaro en la fuente, y se raje la polea del pozo, y el polvo vuelva a la tierra que fue, y el espíritu vuelva a Dios, que lo dio".
Es el canal de comunicación entre todos nuestros cuerpos o vehículos y entre éstos y el Espíritu que los rige, que es el verdadero Yo, el llamado Yo Superior o Ego.
En el Mundo del Pensamiento utilizamos el Cuerpo Mental o Mente, que está formada de y maneja materia mental; en el Mundo del Deseo, también llamado Astral, usamos el Cuerpo de Deseos o Astral, constituido de y que maneja materia de deseos o astral; en la Región Etérica del Mundo Físico utilizamos el Cuerpo Etérico o Cuerpo Vital, construído con y que maneja los cuatro éteres que constituyen la Región; y en la Región Química del Mundo Físico, que es el mundo que conocemos más directamente, utilizamos el cuerpo físico, construído con y que maneja materia física, o sean, sólidos, líquidos y gases. cada uno de esos vehículos, entre otras, muchas particularidades.
Los átomo-simiente,nacen de nuevo con cada renacimiento del Espíritu, en cada vida, como diríamos desde el punto de vista físico y, por tanto, tienen un período de gestación. Esos átomos simiente son como los archivos en los que se conservan todas las vivencias y todos los avances de todas las vidas del vehículo de que se trate.  A lo largo de toda la evolución, utilizamos infinidad de cuerpos, infinidad de vehículos, pero los átomos simiente son siempre los mismos. Es decir que el átomo-simiente de tu cuerpo físico es el mismo
desde que, a lo largo de la evolución de tu espíritu, éste adquirió cuerpo físico. Y lo mismo ocurre con el átomo simiente de cada uno de los cuerpos que usamos en los distintos mundos o planos.
En el momento en que el Espíritu, allá en la Región del Pensamiento Abstracto del Mundo del Pensamiento, libre de vehículos y acompañado solamente de sus cuatro átomos simiente, ha asimilado todas las enseñanzas y ha hecho suyas todas las experiencias de la última vida, siente deseos de renacer de nuevo en el mundo físico; el Espíritu, comienza a descender. Y el primer Plano de existencia en que se adentra es la Región del Pensamiento Concreto del Mundo del Pensamiento. Al penetrar en ella, el átomo simiente del cuerpo mental o, mejor dicho, de todos los cuerpos mentales que ese Espíritu ha tenido, entra en acción y comienza, durante su descenso a través de los cuatro planos de esta Región, a atraer sustancia de esos planos. Atrae las que son afines a su vibración. Por ejemplo, si ha desarrollado ya, en una vida anterior, una facultad determinada, atraerá la sustancia mental que sea capaz de expresar y manifestar esa facultad en el futuro cuerpo mental, puesto que ya la ha adquirido y es suya. Cuando el Espíritu, camino del renacimiento, haya atravesado toda la Región del Pensamiento Concreto y vaya a penetrar en el Mundo del Deseo, habrá atraído hacia sí, para que formen el cuerpo mental que será usado en la nueva encarnación, todas las sustancias mentales capaces de reproducir el máximo nivel adquirido hasta ese momento, de cada facultad o capacidad. De ese modo cada cual tiene lo que se ha "trabajado".  Podría decirse que tiene la forma de una campana con la parte ancha hacia abajo. En la parte externa superior se sitúa el átomo-simiente mental, que dirigirá la operación. Cuando llega, al Mundo del Deseo, ocurre lo mismo: Que el átomo simiente de todos los cuerpos de deseos de ese Espíritu y de su futuro cuerpo de deseos, se sitúa en la parte superior interna de la campana, para dar lugar a la formación de una nueva capa. A medida que desciende, ese átomo-simiente va atrayendo las sustancias de deseos que le son afines y que, por tanto, manifestarán en el nuevo cuerpo de deseos las facultades desarrolladas hasta entonces.
El más antiguo de nuestros vehículos es el físico y, por tanto, el que mejor conocemos y manejamos. Luego adquirimos el etérico, que es una reproducción, átomo por átomo, del físico, pero cuya sustancia, prácticamente, ya no manejamos. Más tarde adquirimos el cuerpo de deseos, que no manejamos casi y la prueba es que los deseos nos dominan  a lo largo de toda la vida. Y, por fin, adquirimos el cuerpo mental, que aún dominamos menos. En eso estriba nuestro trabajo actual precisamente: En desarrollar la mente para dominar con ella el cuerpo de deseos, ya que éstos nos llevan a crearnos nuevo karma que hay que pagar en nuevas vidas. Cada átomo simiente tiene, en su vehículo correspondiente, un lugar fijo en el que se asienta.
El átomo-simiente del cuerpo físico, que es un átomo compuesto de los cuatro éteres (Químico, de Vida, de Luz y Reflector), por lo que no nos resulta visible aunque ocupe su lugar durante toda la vida, está situado en el corazón, en la punta inferior del ventrículo izquierdo. El átomo-simiente del cuerpo Vital o Etérico se sitúa en el plexo solar o epigastrio del cuerpo vital que, como te he dicho, es una reproducción exacta del cuerpo físico, aunque debería decirse lo contrario. Porque el nacimiento se hace siempre de arriba abajo, de dentro afuera y, por tanto, el cuerpo etérico es el molde sobre el cual se va desarrollando el cuerpo físico. Sin él éste no podría existir. Es el cuerpo vital el que lo hace capaz de forma, de vida, de reproducción, de sensaciones, de movimiento, el que hace posible la cicatrización, la asimilación, el crecimiento, la excreción, etc. O sea, que es el campo electromagnético, el molde, el sostenedor del cuerpo físico, el cual no hace sino adaptarse a las líneas de fuerza de del cuerpo eterico. El atomo simiente del cuerpo de deseos se sitúa en la zona que en el cuerpo físico ocupa el hígado pero, lógicamente, en el cuerpo de deseos. Y el atomo simiente del cuerpo mental se emplaza en la región del seno frontal, pero en el cuerpo mental. Salvo el atomo simiente del cuerpo vital, que es móvil, los demás permanecen toda la vida en su emplazamiento, recogiendo y conservando todas las vivencias de toda la existencia y añadiéndolas a las de las existencias anteriores y al fruto de la Epigénesis ejercida por el Espíritu, Yo Superior. En cuanto al cordón de plata, es un conductor que hace posible la comunicación entre vehículos y el traspaso de energías.
Desde el momento de la concepción ocurre un fenómeno curioso: Comienza a crecer el Cordón de Plata por dos sitios a la vez. Desde el átomo-simiente del cuerpo físico, en el corazón, y desde el átomo-simiente del cuerpo de deseos, en el hígado. Pero el primer tramo es de materia etérica y el segundo de materia de deseos. Y los dos tramos crecen hacia el plexo solar. Se unen precisamente en el átomo-simiente del cuerpo Etérico, pero de una forma muy curiosa. Formando como dos seises, uno acostado boca arriba y el otro vertical, como dos espirales con el mismo centro, una dentro de otra y con el átomo-simiente del cuerpo etérico como único punto común en el centro. Durante el sueño, el Espíritu se retira a los mundos superiores y se lleva consigo la mente y el cuerpo de deseos para que, bañándose en la corriente de vida que fluye en esos mundos, eleven su vibración y luego puedan reanimar y llenar de vida también al cuerpo etérico y al cuerpo físico, agotados por la jornada diaria. A lo largo del día desgastamos una serie de energías. Al mismo tiempo el bazo del cuerpo etérico especializa y absorbe la energía solar, la misma que las plantas asimilan mediante la fotosíntesis, y la canaliza a través de los nervios para hacer posible su funcionamiento. Cuando, debido a la cantidad de toxinas producida por los excesos del día, el bazo etérico ralentiza su trabajo, comenzamos a sentir somnolencia. Y cuando le es imposible seguir trabajando, el Ego sale de los cuerpos etérico y físico y es el momento en que nos dormimos, es decir, en que, al irse el Espíritu, que es nuestro verdadero yo, perdemos la conciencia de este mundo. En el momento de la muerte ocurre lo mismo. La única diferencia es que tras la muerte el Espíritu no regresa y tras el sueño, sí. Por eso al sueño se le denomina "la pequeña muerte". Y por eso, después de dormir nos despertamos totalmente nuevos. Porque los vehículos superiores, sobre todo el cuerpo de deseos, ha renovado la provisión de energía y de vida de sus vehículos inferiores.
A los cuatro meses de gestación se unen en el átomo-simiente del cuerpo etérico, situado en el plexo solar, los dos primeros tramos del Cordón de Plata, lo cual hace posible la comunicacion o percepcion del Espíritu en el feto y la comunicación de los vehículos superiores con los inferiores, y da lugar , por tanto, al comienzo de la vida "sintiente" del feto a pesar, pues, de que esa comunicación se ha  producido a los cuatro meses de gestación, el primer segmento de Cordón de Plata, que está formado con sustancia de los dos éteres inferiores, el Químico y el de Vida, pero sólo en sus polaridades negativas o pasivas, durante los primeros siete años de vida, sigue completándose. Los otros dos éteres, los superiores del cuerpo vital y el de Luz no tienen átomo simiente.  Son lo que se llama "la parte inmortal del cuerpo mortal" porque, si bien se renuevan en cada encarnación, cada vez nos acompañan hasta los planos mas elevados y constituyen todo el tiempo el cuerpo-alma, el vehículo de luz en que uno puede viajar por todos los planos superiores.  Apenas se produce el nacimiento del cuerpo físico, empieza a completarse el primer tramo del cordón que queda completo a los siete años; y, precisamente entonces, termina lo que podríamos llamar período de gestación del cuerpo vital y nace éste, dando lugar al comienzo de la época de crecimiento del cuerpo físico. El segundo tramo, que es de materia de deseos, se va completando entre los siete y los catorce años y, precisamente entonces termina el período de gestación del cuerpo de deseos y nace éste, dando lugar al comienzo de la pubertad.
Como aún no ha nacido la mente y, como consecuencia del nacimiento del cuerpo de deseos, éstos son muy fuertes, se produce esa época tan desequilibrada, tan propensa a excesos y tan irreflexiva que es la adolescencia. Durante el período que va desde los siete a los catorce años, ha "madurado", además, en el primer tramo del Cordón de Plata el éter Vital, responsable, entre otras cosas, del calor de la sangre, que es el medio de que el Espíritu se vale para manejar el cuerpo físico.  Pero, como aún no ha nacido la mente, no encuentra freno a sus deseos recién nacidos y ocurre lo que todos sabemos durante esa época turbulencia citada. También en ese período entran en actividad las polaridades positivas de los dos éteres inferiores.
Durante los años que van de los catorce a los veintiuno se desarrolla el tercer segmento, de materia mental, del Cordón de Plata, y que une el átomo simiente del cuerpo de deseos, en el hígado, y el átomo simiente de la mente, en el seno frontal. Además, en el primer tramo del Cordón, madura el éter de Luz. Y, precisamente en ese momento, a los veintiún años, se produce el nacimiento del cuerpo mental, que da lugar a la edad adulta, al momento en que el Ego domina ya todos sus vehículos. Incluso con relación a la mente, aún continúa este tercer tramo del Cordón su desarrollo hasta los veintiocho años, en que el hombre es ya realmente un adulto, completamente desarrollado y con el éter Reflector, el más elevado, totalmente maduro.
Durante el día, en estado de vigilia, todo el Cordón se encuentra enrollado, en forma de espiral, en el plexo solar. Durante el sueño,  o en el vuelo astral o salida voluntaria y consciente, sale todo el Cordón, quedando sólo el átomo-simiente del cuerpo físico en su sitio del corazón; el átomo simiente del cuerpo etérico, el del cuerpo de deseos y el del cuerpo mental salen, fijos a sus respectivos vehículos. Los tramos de materia de deseos y mental son elásticos, sobre todo el último, de modo inimaginable, pudiendo dar de sí, sin romperse, hasta los últimos confines del Planeta y de los mundos superiores. El átomo simiente del cuerpo vital queda fuera del cuerpo, con el enlace de los dos primeros tramos en el aire, entre el cuerpo físico/etérico y el cuerpo de deseos. Ante cualquier amenaza o sobresalto, el cordón se recoge en un instante, trayendo consigo al Ego y a sus vehículos mental y de deseos e introduciéndolos en el cuerpo físico. Antes de comenzar aquel proceso de recogida, por los distintos planos, de la materia apropiada para formar nuestros distintos cuerpos, con la ayuda de los ángeles, o maestros superiores, creamos un arquetipo.
Un arquetipo de nosotros mismos; de nuestros cuerpos, un modelo de materia mental, que responde a todo lo que hemos elegido. Ese arquetipo, que permanece en el Mundo de los Arquetipos o Región del Pensamiento Concreto del Mundo del Pensamiento, está toda nuestra vida emitiendo nuestra nota clave, lo que hace que podamos vivir en nuestros vehículos e ir atrayendo materia de los distintos planos y asimilándola. Como una de las cosas que hemos elegido es la duración de nuestra vida y la manera y el momento y lugar exactos en que se producirá nuestra muerte una vez cumplido todo lo que queríamos hacer, el arquetipo sigue vibrando hasta ese momento. Y, cuando el arquetipo deja de vibrar es precisamente el momento en que se rompe el átomo simiente del cuerpo físico en el corazón y se produce la muerte,  esto lo hace a través del nervio neumogástrico, con el Espíritu, el cuerpo mental, el cuerpo de deseos y el cuerpo etérico.
A pesar de haber salido el Ego y sus vehículos y de haberse roto el átomo-simiente del cuerpo físico, el Cordón de Plata no se ha roto aún, lo cual es muy importante. Porque, desde la salida del Ego hasta unos tres días y medio después se produce, vía Cordón de Plata, la grabación de todas las vivencias de la vida que acaba y que estaban almacenadas, en el átomo simiente del cuerpo físico en el ápice del corazón, en el átomo  simiente del cuerpo de deseos. Es como la producción de la copia de una película: Toda la vida que acaba pasa, en orden inverso, ante la visión del muerto, que la ve, pero sin sentir nada especial en relación con ella.
Con ello, pues, se graba esa vida en el átomo-simiente de deseos y servirá para, repasarla y recibir en carne propia todo el daño producido a los demás, por todos conceptos, durante la vida recién terminada. Y sólo cuando esa grabación se termina, y hay gente que la concluye mucho antes de tres días y medio, se rompe el Cordón de Plata, precisamente por el punto de unión de los dos primeros tramos, es decir, por el átomo simiente del cuerpo etérico, por el punto común de las dos espirales.
La primera rotura la del átomo simiente del cuerpo físico  da lugar a lo que la medicina llama la muerte clínica. Pero, aunque aparentemente muerto, el interesado sigue sintiendo y oyendo. Lo que no puede hacer es moverse ni manifestar vida de otro modo. Pero cualquier cosa que se haga con el cuerpo o cualquier ruido o llanto o conmoción, serán sentidos por el "muerto", atraerán su atención, puesto que el Ego aún está unido al cuerpo físico por el Cordón de Plata, e impedirá o dificultará la grabación en el átomo-simiente del cuerpo de deseos, si las vivencias de esa vida no se graban en el átomo-simiente del cuerpo de deseos, lógicamente no habrá ninguna lección que aprender. Por eso se adopta en los planos superiores una medida un tanto curiosa, desde el punto de vista del mundo físico, pero efectiva desde el punto de vista de la evolución del Espíritu,  Así que lo que se hace es, que renazca y muera siendo niño. Después de esa muerte, se le enseñan todas las lecciones que debió haber aprendido durante la vida pasada y que se perdieron; e incluso se le avanza un poco más. Y luego, vuelve a renacer, en un período de entre dos y veinte años, frecuentemente en el seno de la misma familia a la que perteneció como niño, y sigue ya su evolución normal.
Entre las cosas que interrumpen o impiden la grabación de la vida en los vehículos superiores, se encuentran fundamentalmente, los llantos ruidosos, las autopsias, los embalsamamientos con incisiones, los accidentes rodeados de ruidos o gritos o multitudes y, en general, todo aquello que pueda distraer la atención del Espíritu del muerto, de la grabación de su última vida que se está realizando.  Durante esos tres días y medio o lo que dure la grabación, que suele ser el tiempo que esa persona era capaz de permanecer despierto y sin dormirse, uno aún no está muerto.  aún puede volver a la vida, aunque se haya roto el átomo  simiente del cuerpo físico.
Porque el Espíritu continúa en contacto con todos sus vehículos. Todas las resurrecciones milagrosas de que se tiene noticia se han hecho durante esos tres días y medio. Una vez roto el Cordón de Plata ya no hay nadie que pueda volver a la vida al muerto. Nadie. Los dos éteres inferiores del cuerpo vital quedarán flotando a unos dos metros sobre el cadáver y descomponiéndose sincrónicamente con él, mientras que el Ego con el átomo simiente de los cuerpos físico y etérico, el cuerpo mental y el cuerpo de deseos pasarán al Mundo del Deseo. Lo aconsejable y lo sensato, es dejar al muerto tranquilo, a ser posible en una cámara frigorífica, durante esos tres días y medio porque, aunque en muchos casos podría el proceso de grabación durar sólo unos minutos o unas horas, no lo sabemos; rezar por él; rodearlo de pensamientos de amor y nunca de dolor que, en última instancia no demuestran más que egoísmo y autocompasión por parte de los que quedan, y que distraen al interesado; y, a ser posible, y transcurridos esos tres días y medio, incinerar el cadáver para evitar que ejerza ninguna atracción magnética sobre el espíritu del muerto y quede éste anclado a él durante meses o años.
Si la conexión del cordon de plata es incorrecta, siempre por motivos kármicos, la consecuencia será distinta según dónde esté el problema, si la "avería" se sitúa entre el cerebro físico y el Cuerpo Etérico, la consecuencia será la idiotez, la simplicidad; un trastornado inofensivo. Si se encuentra entre el Cuerpo Etérico y el Cuerpo de Deseos, hay un defectuoso control muscular y es el caso de los epilépticos, parkinsonianos, etc. Si entre el Cuerpo de Deseos y el Cuerpo Mental, al no existir la dirección de la mente, tenemos el maniático delirante, violento y peligroso. Y si se produce entre la mente y el Espíritu, éste se ve imposibilitado de comunicar con sus vehículos y, lógicamente, aparece el desalmado astuto y diabólico capaz de llevar a cabo, cuando menos se espera, los mayores crímenes con la mayor tranquilidad.
Se llama el Cordón de "Plata" Porque, cuando uno está fuera del cuerpo, lo percibe como un cordón pulsante de color plateado".









Extracto de El Cordon de Plata de Francisco-Manuel Nácher

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