Sobre Las Energías Humanas - Elizabeth Varga Ramírez


Sobre las Energías Humanas

¿Qué es el ADN Energético o el ADN Espiritual?
El ADN Energético Individual es la esencia inherente, el alma, el cúmulo energético o la energía individual que a través de la eternidad ha venido encarnando y experimentando existencias, según hayan sido y sean las necesidades energéticas por saldar o equilibrar. Cada acción ejecutada por el ser humano, no es más que un interactuar e intercambio energético, razón por la cual, todo individuo es responsable de la forma en que use sus energías inherentes, a través de sus pensamientos, sus palabras, sus obras, sus sentimientos y sus emociones. Es por esta razón que cada alma o cada esencia individual o cada ADN Energético, tendrá que encarnar una y otra vez, hasta que esas energías distorsionadas tergiversadas, exacerbadas, desvirtuadas, deformadas y/o subusadas alcancen nuevamente su equilibrio natural y original.
El ADN Energético es el que dispone, manda, escoge y ordena la forma
en que se ha de organizar el ADN Biológico al momento de la concepción, codificando así las características físicas “ideales y perfectas” para la nueva experiencia de vida. Tanto el ADN Biológico como el ADN Energético son en sí un identificador individual, es decir, no existe un ADN Energético junto a un ADN Biológico igual en todo el Universo.

El equilibrio y la dualidad energética
El equilibrio y la dualidad energética, pueden ser comparados con una persona andando 
en una bicicleta. Quien la conduce, debe tratar siempre de mantener el equilibrio, porque de lo contrario y si se descuida, caerá para un lado o para el otro. Mientras se encuentre en ese punto, el paseo será disfrutado. Si por cualquier razón lo pierde, se fastidiará, se aburrirá, sufrirá o pasará un mal rato. De igual manera y desde el punto de vista del orden energético, cuando algo se encuentra, dentro de los parámetros de lo que está equilibrado u ordenado, entonces no puede ser bueno pero tampoco malo, no puede ser dual.
Esa es la manera en que ha de ser.
La dualidad energética sólo surge, cuando ocurren excesos y/o déficit en una serie de manifestaciones y luego éstas, que no son más que distorsiones energéticas de aquello que en algún momento estuvo equilibrado, 
se va fortaleciendo y refortaleciendo, dándose finalmente a conocer como "malas cualidades en el individuo.

¿Qué son las energías equilibradas, exacerbadas y pasivas?

Energías Enardecidas:
Son aquellas energías horizontalmente expansivas y pesadas, por el exceso o enardecimiento en su manifestación. Ellas incitan, excitan, irritan, intoxican, exasperan, exaltan, encolerizan, exacerban, enervan, sulfuran, enrabian e instigan, aumentando la bestialidad, la pasión, la ansiedad, la aventura, la hiperactividad, la vileza, 
la crueldad, la violencia, la agresividad, la vulgaridad, lo chabacano, el cinismo, el desafió, el escándalo, lo ridículo, lo inhumano, la provocación y el enfrentamiento. 
Éstas precipitan al cumplimiento compulsivo y violento de las ansias y deseos, creando el anhelo por disfrutar de los objetos materiales y el placer físico. 
Exaltan por su impulsividad, irritación, imposición, ira, abuso, arrebatamiento, violencia, egolatría, presunción, vanidad, fanfarronería, jactancia, arrogancia, mentira, ordinariez, grosería, irrespeto, yoismo, populismo y vanagloria.

Energías Pasivas: 
Son verticalmente decadentes y lentas, por ser manifestadas con deficiencia. 
Se encargan de confundir, además deprimen, agotan, extenúan, desalientan, desorganizan, desorientan, causan enfermedades, atontan, embriagan, embotan la razón e inducen a la pereza, la somnolencia, la oscuridad, la indiferencia y la ignorancia, volviendo la mente insensible, inerte e inútil. Se relacionan a la dejadez, al desgano, la apatía, al descuido, al abandono, el desinterés, la vagancia, la no participación, la negligencia, la desidia y sobre todo la animalidad. Además confunden y atan por el apego a la ignorancia, la dependencia, parasitismo, adulancia, temor, “sordera”, “ceguera”, torpeza, pereza, desaliento e incomprensión. Obstruyen el desarrollo del discernimiento, la lógica, la obviedad, la inteligencia, el raciocinio y la confianza en sí mismo.

Energías Equilibradas:
Son las energías que por ser más sutiles, son verticalmente elevadoras. Ellas desarrollan en el individuo esa necesidad de cambiar y de liberarse, luego de muchas existencias. Son energías relacionadas al amor, la paz, respeto, rectitud, benignidad, claridad, bondad, lucidez, sinceridad, precisión, búsqueda de la verdad, fuerza, felicidad, sobriedad, calma, confianza, responsabilidad, disciplina, serenidad y cordialidad, además de una gran infinidad de “buenas energías”. Ellas liberan por su incolumidad, autodeterminación, entereza, sensatez, tenacidad, libertad, benevolencia, independencia, ecuanimidad, igualdad, control, responsabilidad, voluntariedad, respeto, dignidad, honradez, sencillez, humildad, servicialidad, generosidad y altruismo. Pero cuando son manifestadas con apego, miedo o desconfianza, también pueden seguir atando. Pues dentro de ellas, se pueden apreciar diferentes grados de vibración que las hacen levemente enardecidas o levemente pasivas. La liberación energética se va dando, cuando las energías al irse equilibrando se van haciendo una sola, conformando un Todo con idénticas características vibracionales.

La muerte
Es una suspensión física momentánea en el proceso evolutivo de una esencia, que ocurre cuando ya dicha porción energética, por los movimientos que han ocurrido en sus partículas microscópicas conforman una nueva configuración o nuevo ADN Energético que no se acopla ni compagina más con el ADN Biológico del cuerpo que ha venido ocupando, o puede que ocurra cuando éste haya cumplido con su cometido inicial , así como también, cuando se haya desviado del mismo. Este supuesto final, que por Ley de Causa y Efecto le corresponde experimentar, ocurrirá para más adelante volver a nacer y así participar en una nueva odisea llamada vida. 
Nada en realidad muere. Nada en el universo se desecha. 
Todo lo que existe simplemente se transforman.

¿Cómo ocurre la muerte energéticamente?
En todo ser humano al momento de la muerte, los cinco componentes humanos: cuerpo-sentidos-mente-intelecto-conciencia, 
se separan debido al grado de densidad y/o de sutilidad. El cuerpo y los sentidos dejan de funcionar para ser enterrados o incinerados. La mente y el intelecto, al estar conformado por energías en proceso de "sanación" o en proceso de restablecimiento del orden energético, y al estar regidos por la Ley de Gravedad Individual o por el Principio de Responsabilidad Inherente, conformarán el nuevo Patrón o ADN Energético con las energías que aún se encuentren tergiversadas, distorsionadas, desvirtuadas y/o pasivas, el cual tendrá cierto tiempo de descanso para más adelante atraer un nuevo cuerpo con las características ideales, continuando así con su proceso evolutivo. 
Por otra parte, las energías que conforman la conciencia, al ser mucho más sutiles y al estar constantemente en movimiento por su equilibrio, se liberan de manera inmediata. Lo ideal es que la mente y el intelecto alcancen ese total equilibrio para que sean liberados junto a las energías de la conciencia y así no tener que seguir naciendo y muriendo "n" cantidad de veces más.

¿Qué determina el nuevo cuerpo y la nueva experiencia?
El nuevo cuerpo y la nueva experiencia de vida, lo determina o lo “diseña” la nueva configuración energética de la porción, cúmulo, esencia, alma en evolución o ADN Energético, que tuvo al final de su existencia anterior. Esta nueva configuración, además atraerá unos perfectos nuevos padres, que al momento de la fecundación, la nueva semilla engendrada, recibirá las “ordenes” o impulsos que guiarán la nueva información genética. Esta información es la que finalmente determinará las nuevas características físicas que la ayudarán en su nueva “Misión”. Junto con ello, también quedarán “escritas” las condiciones en que se ha de vivir para nuevamente experimentar otra existencia, que la irán ayudando en su proceso de reconocimiento como un ser perfecto, como un hijo del Universo.

¿Por qué las personas se enferman?
Todas las enfermedades que existen no son más que una serie de tergiversaciones que ocurren en algunas de las energías que se encuentran en proceso de evolución. Para ello, pueden darse muchos casos, entre ellos: - algunas de esas energías puede que se “sanen” o se transformen dentro del mismo cuerpo en determinada existencia, - en otras, al momento de sanar la carga individual, la nueva conformación energética necesitará de un nuevo cuerpo, razón por la cual la persona debe morir, para luego atraer el nuevo cuerpo, pero también puede darse que -si la esencia se ha estado tergiversando más, entonces al momento de la muerte quizás se atraiga un cuerpo aún más enfermo, esto ocurrirá siempre en la búsqueda de nuevas oportunidades para la sanación del alma.

¿Qué sucede con las almas o espíritus que andan 
deambulando por el mundo?
Las almas o espíritus deambulan después de su muerte y quizás por años por la ignorancia colectiva que aún persiste sobre este tema. Cuando una persona muere, puede que por su apego al cuerpo, a sus vicios, a sus seres queridos y a sus riquezas, así como también a sus odios y a su sed de venganza, lo aten inconcientemente a permanecer deambulando con la creencia de que todavía se encuentra viva o con la creencia, de que todavía puede hacer algo. Cuando ocurre la muerte, el alma en proceso evolutivo debe dejarse fluir para poder ir al lugar donde debe ir y así continuar con su camino, naciendo y muriendo en nuevos cuerpos hasta que finalmente pueda alcanzar su liberación.

¿Por qué algunas personas se vuelven locas o esquizofrénicas?
Tanto la locura como la esquizofrenia, así como también cualquier otra enfermedad de la mente, son el producto, precisamente, del mal uso de las energías en proceso evolutivo contentivas en la mente de un individuo, y que se han estado densificando, según haya sido 
la magnitud de los apegos al cuerpo, a las enfermedades, al sufrimiento, a las preocupaciones, a los seres queridos, a la victimización, a la irresponsabilidad, a la desconfianza, a los sentimientos de culpabilidad,... 
Las razones que las producen pueden ser infinitas, pero una sola es la medicina: la sutilización de esas energías. ¿Cómo se sutilizan las energías? Practicando la coherencia entre el pensamiento, la palabra y la acción guiadas por la práctica de la rectitud y del deber ser, así como también entendiendo y asimilando las verdades de la vida.
Mientras una persona que se encuentre en esas condiciones, se hace conciente de su verdadera realidad, quienes estén a su alrededor pueden ayudarla, con la práctica constante de ejercicios y técnicas, que se fundamenten en el control de los sentidos y del cuerpo, junto a la ejercitación energética de la mente y el intelecto.  Éstos, realizados día a día, en un ambiente armónico y coherente con los objetivos que se deseen alcanzar, irán transformando y sutilizando todas aquellas energías que permitirán la activación de la conciencia. Por otra parte, también suele ocurrir, que algunas enfermedades mentales, son el producto de la ignorancia y debilidad "arrastrada" durante muchas existencias pasadas, en las que algunas esencias permiten que otras, que se encuentran deambulado por el mundo, ocupen el cuerpo que deberían resguardar, pues éste no es más que un instrumento, individual y propio, de un conjunto de energías que se han densificado según hayan sido las necesidades energéticas por saldar. Razón por la cual, la responsabilidad de su resguardo no debe ser ignorada, postergada ni desestimada por nadie.

¿Por qué debemos ayudarnos unos a otros?
Todas las esencias individuales provienen de una Esencia Única o de un Todo. Cada una de ellas, han estado y estarán evolucionando desde la eternidad hasta la eternidad. Lo ideal sería que en cada dimensión, el nivel evolutivo de cada una de ellas fuese muy similar, porque el simple retraso de una, impide el salto cuántico de las otras a otros niveles y dimensiones. 
Por lo tanto, resulta ser un beneficio colectivo, el ayudar a otras para que 
el camino se haga más fácil y rápido para todas.

¿Por qué existen diferentes niveles de conciencia?
Existen diferentes niveles de conciencia, porque la forma en que cada persona ha estimulado, activado, desarrollado, fortalecido, refortalecido, arraigado y reconocido sus energías, también ha sido diferente. En ocasiones habrá evolucionado, en otras se habrá estancado y en otras, habrá involucionado. En cada individuo, su cuerpo, sus acciones, sus pensamientos, sus sentimientos, sus palabras,… son el reflejo del desarrollo energético interno y del grado de perfección alcanzado.

¿Cuáles son estos niveles?
El nivel evolutivo en que se encuentra un individuo se debe a la forma en que ha usado habitualmente tanto las energías equilibradas, conocidas como buenas, así como aquellas que se encuentran enardecidas, tergiversadas, distorsionadas, reprimidas y/o subusadas, conocidas como malas. Estas últimas estarán presentes en su esencia hasta que sean transformadas y llevadas a su equilibrio original. 
Tanto las buenas como las malas cualidades, junto a sus mezclas, estarán constantemente expresándose de alguna u otra manera en cada uno de los pensamientos, palabras y acciones de una persona. 
La clasificación que a continuación se presenta depende precisamente, de la forma con la que más se expresen unas y otras, junto a la calidad energética predominante en la personalidad:
1.  Aquellos que manifiestan en la mayoría de sus acciones necesidades derivadas al instinto de supervivencia y a la pasividad: dormir, comer, beber, copular y reproducirse, además de perecear y vagar, éstas entre otras.
Su salto evolutivo de un cuerpo animal a un cuerpo humano ha sido muy reciente, razón por la que tiene muchos apegos y dependencias, lo que los lleva a desarrollar y fortalecer el miedo, la flojera, el sueño excesivo, la necesidad de aprobación y aceptación, además de ser indiferentes, permisivos, se hacen los “sordos y ciegos” al no oír ni ver lo que no les conviene, son serviles, adulantes, en ocasiones son fácilmente corruptibles, inseguros, desconfiados, puede que sean alcohólicos, no les gusta participar en lo que les compete, critican sólo por figurar, están apegados a la moda y a lo material, se apegan a la belleza por inseguridad y se divierten en exageración para poder así pasar la mayor parte del tiempo haciendo nada,... Así como también, puede que en ocasiones se les hable, y se les diga una y otra vez algo, ellos supuestamente entienden y luego no hacen lo que deberían hacer o, no entienden por más que se les vuelva a explicar, o sencillamente no hacen caso. 
  2.    Aquellos que se enardecen fácilmente en la mayoría de sus acciones, son los que han desvirtuado o envilecido su esencia humana tanto en alguna de sus existencias anteriores, así como se han ido reforzando en la actual. Sus energías en su mayoría, se encuentran relacionadas a la mentira, el oportunismo, al sadismo, la agresividad, la venganza, el odio, la tiranía, el egocentrismo, el culto a su personalidad, la vanidad, el narcisismo, lo satánico, la crueldad, lo inmoral y la violencia, además pueden llegar a ser viciosos o consumidores de drogas, juegos de azar, alcohol y sexo al extremo de la lujuria, éstas entre otros. 
  3.   Aquellos que son relativamente normales o equilibrados en la mayoría de sus acciones, los cuales y de manera no programada comienzan con la búsqueda de la razón de su existencia, a través del desarrollo de la espiritualidad, la religiosidad y el crecimiento personal. En ocasiones, puede que de manera momentánea, se distraigan con los apegos, con el materialismo y el consumismo, pero fácilmente vuelven a centrar su personalidad practicando el control y la disciplina en sus acciones.
  4.   Aquellos calificados como santos o como verdaderos humanos, que no son más que seres humanos que han alcanzado su verdadera misión, la cual se encuentra prescrita en su esencia desde el inicio del tiempo. Expresan coherencia en sus pensamientos, palabras y acciones. Sus energías se mantienen equilibradas en cualquier situación, pase lo que pase. Este nivel evolutivo se da con el reconocimiento, concientización total y arraigo de esas energías universales que todo lo permea. Por lo tanto son serviciales, altruistas, desapegados a lo material, bondadosos, nobles, responsables, silenciosos, religiosos, participativos, pacíficos, respetuosos, rectos, considerados, caritativos, comprensivos, benevolentes, buenos, misericordiosos,...
Por otra parte, hay que tener presente que dentro de los primeros tres niveles, se encuentran también diferentes subniveles o grados de conciencia y evolución, los cuales pueden tener momentáneamente características de un nivel y luego del otro, es decir puede que manifiesten conductas de supervivencia y luego se exacerben momentáneamente, así como en ocasiones puede que manifieste cualidades que lo hacen parecer una persona equilibrada y en otras se encolerizan con facilidad. Los diferentes niveles de conciencia es lo que explica la gran cantidad de personalidades y caracteres.

¿Cómo y por qué se manifiesta la desigualdad energética en la actualidad?
Las diferencias que existen en los seres humanos, son el resultado de la forma en que cada uno ha venido utilizando su energía interior en cada una de sus existencias. Cada individuo junto a la sociedad, son los únicos responsables de estas diferencias. Ellas surgen no tan sólo por el uso que se le dé a cada esencia, sino también por el grado de ignorancia colectiva al activarlas constantemente, debido al exacerbado materialismo y consumismo, así como también el apego a las modas, las vanidades y el egocentrismo, además de la inseguridad y de las apariencias. Por ejemplo, generalmente y en la mayoría de los casos, cuando una persona desea comprar un vehículo, pocas veces se pregunta, ¿cuál es la utilidad del mismo? 
La respuesta lógica sería: para trasladarme de un lugar a otro. 
Para ello no necesita que sea el modelo más sofisticado, o el color más llamativo, o unos asientos de cuero, o unos cauchos con discos extravagantes,… 
El vehículo es sólo para el traslado de un lugar a otro. Sin tomar en cuenta esta realidad, se deja llevar por las ansias y por los caprichos, a veces por el desespero, otras quizás por la desconfianza, lo que aprovecha el vendedor “robotizado” y la concesionaria, a través de los 
comerciales, para crear un sin número de necesidades ficticias, las cuales resultan finalmente un problema para el bolsillo del comprador y en ocasiones un problema de seguridad social.
Cada acción realizada a diario, es una oportunidad que se presenta para transformar toda esa serie de energías que se han ido distorsionando, así como también para activar y fortalecer aquellas que se encuentran en proceso de perfección. Al no conocer esta realidad, el individuo se deja llevar por sus energías imperfectas. No consulta su conciencia, y finalmente no aprovecha la oportunidad para “crecer humanamente”, degradándose una y otra vez sin darse cuenta de ello. Continuando con el ejemplo de los vehículos, en las calles sólo puede verse la gran cantidad de diferencias sociales que finalmente se traducen en diferencias energéticas que conllevan generalmente a la involución y/o también a la degradación de las energías tanto individuales como colectivas. En un futuro no muy lejano, los individuos tomaran conciencia de esta realidad y las diferencias en cuanto a producción de bienes, productos y servicios irá disminuyendo, convirtiéndose, el momento de adquirir algo, en un encuentro íntimo consigo mismo para decidir energéticamente qué es lo que más le conviene tanto a él como al resto de las personas que le rodean, destinando en consecuencia lo que antes eran excesos de gastos para ayudar a sus semejantes practicando con ello la servicialidad y el desapego.

Elizabeth Varga Ramírez

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