Plotino, El Cielo y la Autoconsciencia


Plotino, El Cielo y la Autoconsciencia

Plotino, retomando la cosmología del Timeo de Platón, establece una interesante analogía entre el movimiento circular de los astros y la autoconciencia del alma humana.

Pues, señala Plotino, los astros se mueven de manera circular porque vuelven sobre sí mismos, tal como la conciencia vuelve a sí misma en la autoconciencia.

Así, el centro espacial del astro, el centro de su órbita, es análogo al centro intelectual de la conciencia, es decir a su auto transparencia intuitiva.     

Ahora bien, esa analogía no es una simple metáfora, es decir un mero recurso retórico destinado a embellecer el discurso o a suscitar emociones, sino la expresión de una auténtica correspondencia entre diversos niveles del ser. 

Pero, tal correspondencia no es exterior. Es decir, no se trata ahí de dos realidades independientes la una de la otra y puestas luego en relación por un observador que percibe una semejanza entre ellas, sino de la correspondencia interior propia de las realidades derivadas de un principio común.

Ya que si Plotino percibe la correspondencia entre la autoconciencia y el movimiento de los astros, es porque reconoce en el movimiento de estos últimos la actividad de una mente. 


Por eso, después de haber aclarado que el movimiento no es impuesto a los astros desde fuera (en sus palabras 'no por tracción ni contra la naturaleza'), dice:   

"{...} como el Alma está entera en toda partes y como la del universo no está fraccionada en partes, por eso comunica también al cielo el modo de omnipresencia de que éste es capaz"

Es decir, el Alma, el Anima Mundi, permea el universo y le infunde su propia vida; lo cual se manifiesta, entre otras cosas, en los astros como perpetuo retorno sobre sí, y en el hombre como despertar a sí mismo en la autoconciencia.  

El racionalismo moderno, por su parte, cegado con respecto a lo esencial a causa de la fractura cartesiana entre el pensamiento y el cosmos, no logra ver en el movimiento de los astros otra cosa que un juego de fuerzas carente de  inteligencia; y en la  autoconciencia no ve más que un epifenómeno subjetivo concomitante de la actividad cerebral y/o del psiquismo individual.    

Y ese doble vaciamiento del sentido afecta no sólo a la comprensión del cielo y la autoconciencia sino, ante todo, a la de su correspondencia. Es decir a la captación de la unidad entre pensamiento y realidad; o si se quiere entre la mente y las cosas. 

Referencias:
Fuente de la cita: las palabras de Plotino, así como la analogía que comentamos, se encuentran en la Eneada II, tratado segundo, titulado 'Sobre el movimiento del cielo' (editado, entre otros, por Planeta-DeAgostini, España). 
Publicado por Máximo Lameiro

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