Las fiestas solsticiales tienen una profunda significación filosófica.
Los solsticios representan el eterno contraste de la luz y la oscuridad, de la vida y la muerte y el eterno renacer de la creación, donde nada puede ser destruido, solo transformado en los tres estados naturales, sólido, líquido y gaseoso, es el ave fénix que siempre renace de sus cenizas.
Los solsticios representan la armonía cósmica, que permite observar, año tras año, como se cumplen con asombrosa regularidad, de acuerdo a las leyes físicas de su relación con la tierra, prolonga los días o las noches, haciendo que la naturaleza cumpla inexorablemente sus ciclos biológicos.
Al celebrar este solsticio de verano nos recuerda que es momento de cambios, hagamos, pues, que el solsticio que celebramos nos haga sentir la perfección con que el G:.A:.D:.U:. hace sus cosas, alimento de nuestro espíritu, a fin de que se convierta en semilla de la fraternidad, la misma que caída en terreno fértil genera un frondoso árbol, cuyas ramas se extiendan como amparo para nuestro hermano hombre, ávido de alimento corporal y espiritual, sediento de justicia y de libertad, inquieto para lograr el respeto a sus ideas, buscador incansable de un centro de unión en el que reine la tolerancia para los conceptos religiosos, políticos, de cultura o nacionalidad.
Es pues en verano que, con la plenitud de la luz, que se maduran los frutos, como a nosotros nos hacen madurar en ilustraciones y conocimientos las enseñanzas de nuestra madre logia.
Como Místicos debemos evaluar los factores de la naturaleza que influyen en nuestras vidas para que en el esfuerzo de conquistar nuestra naturaleza humana hallemos en aquello que nos brindan los medios, la fortaleza suficiente con la que superemos las dificultades de nuestra existencia.
Que este nuevo solsticio, que éste cambio que hace la naturaleza, nos haga meditar en la necesidad de reactivar nuestra voluntad de renacer, que nos haga reflexionar en la necesidad de compartir el alma, cual semilla de fraternidad, que nos repitamos cada día que cada ser humano requiere ser levantado de sus desgracias.
Hermanos, la tiniebla mas breve y el día más largo han llegado a la cita habitual, el verano se abre esplendoroso pleno de sol y de esperanzas y tenemos la certeza que todo hombre tiene el derecho que lo saquemos de la infamante tumba donde lo han postrado el egoísmo, la ambición, la traición, la felonía y la hipocresía.
El próximo 24 de Junio será el próximo solsticio y nos recuerda queridos hermanos que cada día debemos poner lo mejor de nosotros mismos en procura de ser mejores SERES HUMANOS DE BIEN, libres y de buenas costumbres, para que nadie diga que hemos trabajado en vano.
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